miércoles, 28 de octubre de 2009

MIS CAJAS DE ZAPATOS

Después de experimentar esa hermosa sensación de llegar a casa a descubrir una vez más lo que contiene esa simple caja de cartón y emocionarte de nuevo al sacar el contenido para combinarlo con tu próximo atuendo (una experiencia que difícilmente creo que algún día entiendan los hombres a menos que lo comparen con el estuche de un reloj o la caja que cubre su reliquia a la que consideran casi su mejor amigo llamado “Play Station”), en fin, luego de saborear el exquisito gusto de estrenar, qué hacemos normalmente con las cajas y envoltorios que nos sobran?... Lo más común es verlas como siguiente paso tiradas en el cesto de basura para aumentar así las pilas de desecho que tanto y tanto contaminan nuestro planeta.. Hay quienes suelen utilizarlas de repente para algún otro fin como guardar cosas temporalmente, por ejemplo tengo una amiga que las forraba para guardar cartas o vouchers del banco.. Yo por casualidad les encontré otra finalidad; cada caja significa una historia vieja que se encuentra donde debe de estar, hasta el fondo de mi clóset, donde como en la vida no estorbe en el espacio de lo útil, hay de diferentes tamaños dependiendo de la intensidad o de lo espléndido o tacaño que haya sido el titular de la caja en cuestión ya que de eso depende el contenido de la caja, cuántos regalos hubo, fotos, cosas en común, etc.… Es muy importante mencionar que una caja como estas una vez cerrada se pierde la llave en el laberinto del olvido y se vuelve como una especie de congeladora en el tiempo. Por supuesto en nuestra condición de mujer es lógico pensar que lo que menos tenemos en un clóset es espacio (sin importar las dimensiones de éste) y mucho menos para prestárselo a un error del pasado, pero el chiste es mantenerlo en el rincón esperando, solo esperando, a que llegue la próxima caja para así depurar nuestras pertenencias como normalmente se acostumbra.. Y entonces sí, a volver a estrenar!!!